Charo Corrales

Artista

biografía

Nacida en 1968, en Olvera (Cádiz), y desde niña vecina del barrio de Triana, se graduó en Medios de Comunicación Audiovisual por la Universidad de Westminster (Londres) en 1997, y realizó un máster en Diseño y Media en la misma universidad. También completó el master sobre Espacios Expositivos y Museografía Creativa de la Universidad Politécnica de Cataluña. Desde entonces ha concluido innumerables estudios en las más variadas temáticas relacionadas con el mundo artístico audiovisual.

Corrales alterna sus proyectos artísticos, tanto dentro como fuera de España, con la asistencia a otros destacados fotógrafos, con la docencia y con el comisariado y, desde 2012, dirige y coordina el espacio cultural A pie de calle.

Desde 2017, forma parte del colectivo WAS (Women Art Space), donde hace labores de comisariado y promoción del arte hecho por mujeres. Las dos últimas exposiciones de las que ha sido comisaria en 2019 son: Ajuar y Maculadas sin remedio.

Ha formado parte de la junta directiva de MAV (Mujeres en las Artes Visuales) desde donde trabaja por la reivindicación de los derechos de las mujeres artistas y su visibilización en 2019 y 2020.

Charo Corrales trabaja la fotografía como medio de expresión, pero como artista multimedia también emplea para sus creaciones diferentes técnicas y soportes, desde la cerámica al bordado, el video, el performance, la instalación, y la intervención de espacios. También la artista trabaja el concepto de re-utilizar objetos (desechables) para sus proyectos artísticos.

Hasta la fecha, el eje central de sus trabajos es la identidad personal o colectiva en aspectos tan variados como el cuerpo, la edad, la pertenencia al grupo, la emigración, la inmigración, la feminidad y la relación con la naturaleza.

La faceta artística es intrínseca a su vida, a cómo ser mujer, a vivir su cuerpo y emociones.

Como fotógrafa explora de manera exhaustiva el autorretrato como medio de expresión, haciendo de las instantáneas de su cuerpo, con todas sus cicatrices – las que se ven y las que no pueden contemplarse-, una hermosa metáfora de la vida.

Sus fotos profundizan, como si se tratase de una matrioshka o muñeca rusa, en múltiples historias, contando relatos con los que cualquier mujer puede identificarse cuando se contempla ante el espejo del tiempo desnuda y sin maquillaje, con sus luces y sus sombras; a veces, vulnerable y otras, fuerte.

La artista Charo Corrales usa su cuerpo como símbolo de lucha, como contrapartida al control del patriarcado del cuerpo de la mujer. Intenta crear resistencia a través del arte de cómo quiere vivir su cuerpo y por extensión el cuerpo de muchas otras mujeres. Nuestro imaginario condiciona nuestras vidas, nuestras emociones, pensamientos, es necesario tambalear y cuestionar ese imaginario colectivo impuesto y heredado.

Y aunque ciertas corrientes ideológicas pretenden poner límites al pensamiento y a la expresión artística, no conseguirán callar la voz de los artistas.

El deber del artista es el de provocar la reflexión y la crítica y para ello necesitamos que nuestra libertad de expresión sea respetada.

Ha participado en:

La VIII Bienal de Arte Textil Contemporáneo WTA, el Festival BFOTO, Biennal Olot-Fotografía, festival MULA FEST, festival de performance Acción XM2 en La Juan Gallery, ARTSevilla, JustMad y festival Cohete Toledo.

Recibió la beca de Iniciarte en el 2006.

Recientemente la obra “Con flores a María I y III” se ha incorporado a la colección de arte contemporáneo Censored de Txato Benet.

Textos Críticos

CHARO CORRALES, DOS HORAS BORDANDO ARTE

Charo Corrales (1968, Cádiz) es una artista multidisciplinar formada en Inglaterra y que ha realizado la mayor parte de su obra en Sevilla donde vive. Su trabajo aborda la identidad como mujer y reivindica en su obra el derecho de libertad y expresión personal, y el feminismo forma parte del discurso de su trabajo. Todo tipo de lucha por unos derechos irrenunciables están presentes en sus obras. La fotografía, el vídeo, la instalación y la performance son los medios por los que expresa sus ideas. Charo Corrales lleva trabajando un tiempo en una serie “ Cada día un retrato “ que aborda todos los temas sobre la identidad individual.

Ha presentado en Madrid los días 17 y 18 de Febrero en La Juana Gallery su performance “Dos horas bordando Arte”. El trabajo performativo es un arte efímero que se viene desarrollando desde el famoso Café Voltaire de Hugo Ball en 1916 y que dio origen al movimiento dadaísta. Como todo arte de escena si no se registra mediante procedimientos audiovisuales sólo quedará en la memoria de los espectadores que han asistido a la representación. En las performances de Charo Corrales siemore está presente la defensa de la igualdad de género, la crítica política y social, y también la expresión de su mundo interior. Sus performances en muchas ocasiones son el medio para expresar ideas y conceptos, y su cuerpo es el medio mediante el cual los lleva a cabo. Muy pronto tendremos el vídeo de esta actuación grabado por Chema Sanmorán y que estará disponible en su canal de Vimeo y se incorporará a este post.

“Dos horas bordando Arte”

Charo llevará una camiseta serigrafiada con la frase “Soy una puta del arte”, bordará en silencio la palabra Arte nueve veces en un trozo de tela rectangular con un bastidor con pie. En esta tela previamente estarán bordadas palabras que el público podrá ver individualmente, sólo cuando la obra esté concluida después de las dos horas se podrá leer la frase completa. Charo se la pondrá sobre los hombros a modo chal y mostrará de espaldas al público el resultado final. La performance está inspirada en un juego – broma de niños, que consistía en hacer escribir a alguien palabras que se iban tapando una vez escritas para luego pedirle que leyera el resultado final.

Hace mucho tiempo que te estoy tomando el pelo

Frío Frío Frío Frío Frío Frío Frío Frío Frío

El resultado final de la performance sustituirá la palabra frío por arte.

MARÍA ORTEGA MIRANDO A CHARO CORRALES

Ser Mujer, Artista y Feminista. El arte como terapia y procesos de autoconocimiento, así es como se define la artista Charo Corrales.

La fotografía y el cuerpo como elementos que dialogan entre si en el trabajo de Charo. El bordado como un lenguaje que utiliza con frecuencia, palabra y frases bordadas en diferentes soportes para contar sus propias historias.
Su trabajo es un Foto Diario donde genera y le provoca la necesidad de documentar situaciones de su vida cotidiana. El cuerpo como un contenedor de emociones y transmisor se sentimientos. En sus retratos plasma los momentos íntimos y estados de animo como la perdida, el dolor, el deseo, la soledad o miedo a ser olvidado.

Activismo, autoconocimiento y exploración del pasado que sigue muy vinculado al presente de la artista y se va desarrollando en gran parte de sus proyectos artísticos.

Como fotógrafa explora de manera exhaustiva el autorretrato como medio de expresión, haciendo de las instantáneas de su cuerpo, con todas sus cicatrices – las que se ven y las que no pueden contemplarse-, una hermosa metáfora de la vida.

Sus fotos profundizan, como si se tratase de una matrioshka o muñeca rusa, en múltiples historias, contando relatos con los que cualquier mujer puede identificarse cuando se contempla ante el espejo del tiempo desnuda y sin maquillaje, con sus luces y sus sombras; a veces, vulnerable y otras, fuerte.

“El autorretrato es aquel medio artístico por excelencia en el que los autores desnudan sus sentimientos, se representan como se ven a sí mismos sin temor a mostrar sus dolores y su locura.”

“.. siento la necesidad de fotografiarme, para no olvidarme de mi misma, para reconocerme / conocerme, para superar malos momentos, para hablar de lo que me preocupa, de lo que me  importa, para aceptarme, cuidarme, amarme…”

Estudió fotografía analógica en Londres, Licenciada en Medios de Comunicación y Master en Diseño y Media por la Universidad de Westminster Londres.

A principios del 2015 comienza el proyecto Something about my family / Retratos de familia, ordenando su armario encontró objetos y ropa que pertenecieron a su familia y a su padre enfermo de alzhéimer. Realizo una serie de autorretratos para reinterpretados y redibujados por mi propia vida e inquietudes del momento, de esa manera le ayudo a pasar página, aliviar la perdida.

En el año 2016 comenzó a explorar sus creencias en la relación madre-hija y en las que encontró suposiciones muy arraigadas en las mujeres que les impiden progresar.

Fue entonces cuando Corrales decidió aprender a bordar para exorcizar sus fantasmas a través de determinadas frases en retales reciclados de su abuela y en manteles pertenecientes al ajuar que su madre había preparado para ella y que la artista recibiría cuando su progenitora ya había muerto.

“He cosido con hilo de algodón muchas horas y muchas palabras y, entre ellas, Mala Madre, Mala Hija. Ha sido una terapia que me ha permitido expresar mis sentimientos de culpa. Gracias a esta labor he podido sacar fuera muchos demonios que me atormentaban y me impedían pasar página y renovarme”, afirma.

AL LÍMITE

Representarse a uno mismo, mostrase como forma de expresión para expulsar los fantasmas interiores, materializar en imágenes aquellos momentos en que nuestros sentimientos más íntimos, se apoderan de nosotros y nos conducen desbocados como potros salvajes sin rumbo. Es el todo o la nada de nuestras sensaciones más ocultas, compartir nuestras miradas sin reconocernos a nosotros mismos.

Charo Corrales se entrega en estas fotografías, no hay límites porque cuando las pasiones nos atrapan las fronteras no existen. El cuerpo como forma de representación de su ser y la mirada como fuga a ninguna parte. Entregarse a todo aquello que nos produce placer y tratar de sobrevivir al dolor inmenso y profundo que nos provoca el vacío y las huellas del tiempo.

Charo no se oculta con máscaras como otros artistas que también son el objeto de su obra, como Cindy Sherman o Jorge Molder. Está más cerca de los diarios personales de Lina Scheynius, ese tipo de fotografía directa sin codificar.

Ella nos mira directamente a los ojos y comparte con nosotros la estela de su sangre, sus lágrimas, su gozo y sus pasiones. Su obra es un acto de inmensa generosidad y entrega.

Las metáforas están ausentes, cada imagen es un disparo a quemarropa que el espectador tiene que digerir y encajar. La transgresión se une a su honesta representación de su volcán interior, como forma de expresar la amalgama de sus sensaciones personales. No hay huida sino un duelo personal a la luz de la luna.

La obra de Charo Corrales se aleja de todas esas imitaciones de las corrientes comerciales que el mercado absorbe, para hacerlas desaparecer con la misma fugacidad que las produce.

Ella siempre llega al límite, camina por escarpados senderos llenos de aristas rocosas, conoce bien todo aquello que comparte en sus imágenes, lo sufre y lo goza, acepta las huellas que el tiempo deja a su paso. No se rinde y sigue avanzando sin detenerse. Ítaca espera.

obras

Abierta en canal I

Fotografía digital del performance

30 x 40 cms

Abierta en canal II

Fotografía digital del performance

30 x 40 cms

Ajuar: Madre Mala

Paño rectangular manchado de sangre

38 x 29 cms. con marco

Ajuar: Mala hija

Paño rectangular manchado de sangre

38 x 29 cms. con marco

Ajuar: Linda

Mantelito circular bordado con hilo de algodón morado montado en bastidor

16 cms diámetro

Ajuar: Loca

Mantelito circular bordado con hilo de algodón morado montado en bastidor

17 cms diámetro

Ajuar: Libre

Mantelito circular bordado con hilo de algodón morado montado en bastidor

20 cms de diámetro

Ajuar: The Lost Mother

Combinación bordada con hilo rojo y beige

40 x 98 cms

Ajuar: Mandala / Atrapasueños

Paño de crochet intervenido

80 cm de diámetro

A solas

9 Fotografías digitales B/N sobre papel de algodón

62 x 21 cms.

Retratos de familia

Instalación con cajón con vajilla intervenida / reconstruidas.

Dos cajas con plantas y frutas secas.

Un album de familia.

9 fotografías a color